miércoles, 1 de abril de 2009

Guerreros de la antiguedad- El ejército de Dario III




El ejército persa de Dario III se enfrentó al ejército macedonio de Alejandro Magno del 334 al 330 a.C. Era un ejército a «lo oriental», muy numeroso y abigarrado, cuyas mejores unidades se adornaban con lujosos atavíos que impresionaban a sus adversarios. El coraje de los caballeros persas era cierto, pero insuficiente para afrontar la potencia del choque macedonio.

Efectivos

Los efectivos referidos por los autores antiguos son muy divergentes, y a veces poco verosímiles. Alguno, como Arriano, afirma que Darío III alineó en Gaugamela casi un millón de infantes, 40.000 jinetes y 200 carros de guerra. La crítica moderna ha disminuido mucho estas cifras, de 200 a 300.000 como máximo, sin duda menos. En Issos a los 25 o 30.000 hombres de Alejandro, Darío opuso 100.000, de los cuales apenas la mitad tomaron parte en la batalla. El ejército persa era, no obstante, más numerosos que el macedonio. Se trataba de un ejército menos homogéneo que el macedonio y que no tenía tanta experiencia en el combate.

Caballería

Caballería pesada

Los cuerpos de caballería eran muy numerosos. Los caballeros estaban equipados con una armadura de cuero o de un tejido forrado con muletón, sobre la que se fijaban escamas de metal, a fin de proteger el pecho, el abdomen, la espalda y los hombros. A menudo era llevada sobre una túnica generalmente de colores vivos. Cada caballero llevaba dos poltones, una jabalina de 1,5 metros, a veces de 1,8, con la punta de hierro o de bronce. Como armas de contacto empelaban o una espada corta (bastante similar al Kopis griego) o una daga larga(akenakes) o diversos tipos de hachas.
Algunos estaban equipados más pesadamente que la mayoría y montaban caballos parcialmente protegidos con una coraza compuesta de una cobertura de cuero recubierto de escamas de bronce, atada a la base del cuello del caballo y a la cintura del jinete. Esta protección, que se llamaba parameridia protegía los flancos de la montura y las piernas del caballero. Sobre la cabeza del animal se fijaba un gorro de cuero recubierto de escamas de bronce que le protegía desde las orejas hasta el hocico. El pecho llevaba una armadura de cuero recubierto de láminas de bronce. Los caballeros se cubrían con un casco metálico, de tipo griego o con forma cónica, y con una coraza de bronce. Estos eran sobre todo los masagetas y los bactrianos, situados en el ala izquierda durante la Batalla de Gaugamela, así como los capadocios del ala derecha que fueron equipados así.

Caballería ligera

Los escitas eran arqueros a caballo que usaban un arco corto y curvo, a menudo fabricado a partir de materiales muy diversos, tales como nervios de animales (para la cuerda), cuerno, madera, etc. Las flechas, ligeras y pintadas de rojo o de blanco, poseían una punta de bronce o de hierro. Se colocaban en un gorytos, estuche que pendía en el lado derecho de de la cintura y que contenía más de 200 flechas. Su segunda arma era una daga o un hacha, raramente una jabalina. Eran fácilmente identificables por sus tejidos de lana, seda, fieltro o cuero de colores brillantes (azul, blanco, amarillo, púrpura, etc.) Algunos escitas se batían a pie y empleaban entonces un hacha y su escudo característico: un óvalo de madera recubierto de piel.
Los sacas, llamados también masagetas por Heródoto, un pueblo próximo al de los escitas, adoptaron el arco escita, un hacha con cabeza de pico equilibrada del lado opuesto por una cabeza de martillo, y una espada larga. Hay que señalar la presencia de caballería de Aracosia (región del actual Kandahar, al sur de Afganistán) armada con jabalinas y hachas cortas, y las primeras menciones de arqueros montados partos, que combatían generalmente con los medos; los dos pueblos se mezclaban fácilmente.

Carros y elefantes

Darío III alineó 200 carros falcados en Gaugamela, e hizo quitar las piedras de la llanura para facilitar sus movimientos. Los situó en el centro de su dispositivo para atacar de frente a la falange macedonia. El primer choque de carros falcados fue mortífero para los falangitas, pero rápidamente erizaron sus sarissas hacia los conductores de carros y rompieron su asalto. Darío se sostenía encaramado sobre su carro en medio del batallón de Parientes del Rey. Dos veces, en Issos y en Gaugamela, hubo de huir ante el ataque frontal de los caballeros macedonios, lo que demuestra la inadaptabilidad de esta arma de guerra, poco eficaz en la parada.
Darío dispuso en Gaugamela de una tropa de 15 elefantes de guerra, originarios de las satrapías indias, que situó en el centro de su dispositivo en apoyo de los carros. Su contribución a la batalla no fue crucial. Hubo que esperar a la Batalla de Hidaspes para ver a los macedonios enfrentarse por primera vez a un verdadero ejército de elefantes.

Infantería

Infantería ligera

Aunque fuera muy numerosa, la infantería no tenía para los soberanos aqueménida la importancia que la caballería. Estaba esencialmente compuesta por una infantería ligera que comprendía lanzadores de jabalina, honderos y arqueros, y eran famosos los arqueros persas y los honderos rodios. Los persas distinguían los kardakes (o cardaces) que eran infantes que no llevaban armadura, equipados con jabalinas, arcos o una kopis y un escudo. En la Batalla de Issos, se estima que Darío dispuso al menos de 20.000 kardakes, reclutados sobre todo en Babilonia. Llevarían un armamento similar al de los peltastas. Conviene señalar que el arco persa poseía una gran tamaño para los cánones de la época, alrededor de 1,20 metros. Jenofonte apunta que los arqueros persas disparaban más lejos que los cretenses, y enseguida añade que es sin duda porque las flechas eran más ligeras. Por lo tanto, durante las confrontaciones con el ejército de Alejandro, la infantería ligera persa fue barrida por la falange macedonia.

Infantería pesada e Inmortales

La infantería pesada persa estaba compuesta de mercenarios griegos armados como hoplitas. Provenían sobre todo de Atenas y de Esparta, ciudades tradicionalmente hostiles a Macedonia. En la Batalla de Gránico, la infantería hoplítica mercenaria, privada del apoyo de la caballería persa, fue sistemáticamente masacrada. De 10.000 mercenarios únicamente sobrevivieron 2000, que fueron condenados a trabajos forzados.
Desde Ciro I, el ejército persa contaba con un batallón de Inmortales, llamados así por Jenofonte, reclutados entre la nobleza persa. Se trataba de lanceros y de arqueros de élite, adornados con lujosas vestiduras, que formaban la guardia del rey. Darío les alineó en el centro de su dispositivo en las batallas de Issos y de Gaugamela. Su coraje y su fidelidad y apoyo a Darío eran más reales que efectivos.

Tácticas militares

La táctica preferida por Darío era envolver las dos alas gracias a su caballería, mientras que Alejandro prefería el ataque al centro aprovechando las brechas creadas sobre las alas adversarias por su caballería pesada. Darío apostaba por su caballería, en neta superioridad numérica. Por lo tanto, en la Batalla de Issos, sin escuchar a sus consejeros griegos, situó su ejército en un lugar que no era favorable para las maniobras de la caballería: su ala derecha, enfrentada a la caballería tesalia estaba bloqueada a lo largo de la orilla y no podía romper el cerco. En la Batalla de Gaugamela, Darío eligió un terreno propicio, pero la fuerza de impacto de los macedonios y el brusco cambio de dirección que Alejandro arremetiendo contra el centro del ejército persa impidió cualquier tentativa de maniobra envolvente. Cuando en la derrota de la Batalla de Gránico, la infantería hoplítica mercenaria, privada del apoyo de la caballería (y en la masacre de los mercenarios griegos situados en la retaguardia sin auténticas órdenes), no fue únicamente imputable a Darío, aunque había ordenado a los sátrapas enfrentarse al ejército macedonio sin sufrientes preparativos. Cuando el ejército macedonio desembarcó en Frigia, no designó ningún comandante en jefe, dejando que hubiera divergencias estratégicas entre los sátrapas y los generales comoMemnón de Rodas, el jefe de los mercenarios griegos, que aconsejó sin éxito practicar la táctica de tierra quemada y obligar a los macedonios a batirse en el interior del país.
Al final, se puede considerar que a lo largo de las conquistas de Alejandro, la estrategia macedonia, fundada en la astucia y la sorpresa (sin evocar la potencia de choque de la caballería y la falange) prevaleció sobre el espíritu caballeresco de los persas.
Fuentes
• Arriano, Anábasis de Alejandro Magno
• Diodoro Sículo, Biblioteca histórica XVII
• Plutarco ,Alejandro
Bibliografía
• Pierre Briant, Histoire de l’Empire perse, de Cyrus à Alexandre, 1996.
• Pierre Jouguet, L'impérialisme macédonien et l'hellénisation de l'Orient, Albin Michel, coll. «L'évolution de l'humanit», 1972.
• Antonis y Pavlo Georgakis, Arbèles, Socomer, coll. «Les grandes batailles de l'histoire», 1989.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ejército¬_persa_de_Dario_III

6 comentarios:

  1. Que seguramente nada tiene que ver con el que vimos en "300", ¿o sí?

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  2. No Paco, para nada. Ese era el ejército de Jerjes, este es el del último soberano persa que fue derrotado por Alejandro.
    Sin embargo, la dinámica de estos ejércitos orientales se conservó casi intacta durante la edad antigua, siendo los partos y los armenios los que en verdad explotaron el concepto de la caballería pesada.

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  3. Bueno, si te refieres a los ejercitos que aparecieron en 300, la verdad que todo parecido con la antiguedad es pura casualidad, jeje.

    Por cierto Jose Luis, tenia una pregunta. Vi que me dijiste en el articulo del trirreme que poco antes de que yo lo publicara habias estado buscando informacion sobre el. Pues resulta que poco antes vi que accedian a mi blog alguien que buscaba en Google "trirreme" o decoracion de barcos en la antiguedad o de los trirremes. Como vi que se habian metido varias veces buscando eso, lo cree el articulo.
    Eras tu el que buscando en google accedias a mi blog? si es asi, gracias a tus busquedas hice el articulo.

    Un saludo amigo!!!

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  4. Amigo mío, no sería nada raro que hubiese sido yo. Estaba escribiendo un relato acerca de una batalla naval y necesitaba toda la información posible que tuviera que ver con las tácticas y sobre todo el funcionamiento y apariencia de los trirremes.
    Gracias por el articulo Xenophon, en verdad fue bastante ilustrativo y me ayudó bastante con las dudas que aún tenía respecto a este tipo de nave.
    Un abrazo compañero.

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  5. Sólo quería comentar que la infantería persa apenas iba protegida, los escudos eran de materiales muy endebles, y su disciplina, al no ser tropa regular, y sus dotes de combate, eran muy mejorables.
    En la Anábasis se deja entrever, y Alejandro bien lo debía saber.
    Nada como los hoplitas, en su momento, y las falanges en punta.

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  6. Eso es muy cierto, las corazas de los griegos eran muy superiores a las que usaban los persas, los escudos de mimbre que utilizaban éstos no eran rivales para los broqueles revestidos de bronce de los hoplitas.
    Los hoplitas fueron la infantería que reinó en los campos de batalla hasta la aparición de las legiones romanas, mucho más flexibles a la hora del combate.
    Un saludo Kutzov.

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