sábado, 28 de febrero de 2009

Guerreros de las antiguedad- Honderos baleares





Para la fabricación de una honda se empleaban diversos materiales: fibra vegetal trenzada, lino, esparto o incluso crin de animal. También se podía emplear tripas o nervios entrelazados de algún animal y se cree que se inventó durante el Paleolítico cuando el hombre aprendió a entrelazar y tejer. Se piensa que quizás sirviese como arma defensiva, hasta que el hombre se dio cuenta de que también era una excelente herramienta de caza.
El proyectil consistía en una piedra o una pieza de plomo .Las piedras eran seleccionadas rigurosamente por su dureza y aerodinámica y tenían un peso de unos 100 gramos. Un hondero podía lanzarlas a distancias que rondaban los 100 metros. Los plomos se fabricaban con un molde e incrementaban la capacidad de impacto y penetración en las protecciones metálicas y de cuero de los enemigos. El peso de éstos oscilaba entre 45 y 90 gramos y permitía obtener más velocidad y más alcance.
En el principal yacimiento arqueológico romano de Menorca, (Sanitja), se han hallado proyectiles que llevan la inscripción del líder al que pertenecía el hondero. En uno de estos proyectiles aparece la sigla CAE que podría atribuirse al cónsul romano que sometió las islas al imperio en el 123 a. C., Quintus Cecilius Metellus
Los honderos eran desde su nacimiento iniciados en el manejo de la honda y constantemente se veían obligados a su continuo perfeccionamiento. Hecho tal que los confería como enemigos letales por su destreza y eficiencia en el manejo de la honda. En la narración de Licofrón de Calcis (280 a. C.) en su poema Alexandra (versos 633-641) hablando de los fugitivos de la guerra de Troya que llegan a Gimnasias (antiguo nombre dado por los griegos al archipiélago balear y por el autor del poema de origen griego) se da esta descripción:
después de navegar como cangrejos en las rocas de Gimnesis rodeados de mar, arrastraron su existencia cubiertos de pieles peludas, sin vestidos, descalzos, armados de tres hondas de doble cordada. Y las madres señalaron a su hijos más pequeños, en ayuno, el arte de tirar; ya que ninguno de ellos probará el pan con la boca si antes, con piedra precisa, no acierta un pedazo puesto sobre un palo como blanco.
Por lo que se deduce que sus madres ponían el alimento sobre las ramas de los árboles y los críos no comían si antes no derribaban la comida de un certero pedrazo. Según cuenta la transcripción de Diodoro de Sicilia (en el siglo I a. C.):
Su equipo de combate consta de tres hondas, una de las cuales llevan en la cabeza, otra en la cintura y una tercera en la mano; utilizando esta arma son capaces de arrojar proyectiles mayores que los lanzados por otros honderos y con una fuerza tan grande que parece que el proyectil ha sido lanzado por una catapulta. Por ello en los ataques a las ciudades son capaces de desarmar y derribar a los defensores que se encuentran en las murallas y, si se trata de combates en campo abierto, consiguen romper un número enorme de escudos, yelmos y toda clase de corazas.
Eran mercenarios que generalmente cobraban por sus servicios en especies, sobre todo por cosas que escaseaban en las islas, como vino, aceite mujeres.
Los honderos luchaban siempre en primera línea, separados por varios metros entre ellos como soldados de infantería y su función consistía en romper las defensas del enemigo. Junto con los arqueros, lanzaban proyectiles que causaban cuantiosos daños ya que los proyectiles destrozaban cualquier escudo o armadura de la época y una vez habían roto el orden defensivo del enemigo, dejaban paso al resto del ejército que iniciaba la carga.
Su espectacular pericia y valor en combate los convirtió en famosos soldados a lo largo del mediterráneo. Participaron en la guerra greco-púnica como mercenarios a favor de los fenicios, con decisiva actuación en la guerra de Sicilia contra el imperio griego. Al finalizar el contencioso greco-púnico en Sicilia —las llamadas Guerras Sicilianas— comenzó la rivalidad entre Cartago y Roma. Las relaciones entre ambos imperios fueron cordiales hasta que Roma se convirtió en una potencia naval y comercial que extendió su influencia más allá de la península itálica, por lo que las disputas políticas y económicas entre ambos pueblos surgieron desembocando en la primera guerra púnica. Los honderos de Baleares combatieron como mercenarios en dos de las primeras de las tres diferentes guerras púnicas que tuvieron lugar (abarcando el período comprendido entre el 264 a. C y el 146 a. C.), junto a Amilcar Barca, bajo las órdenes de su yerno Asdrúbal y posteriormente en la hazaña de su hijo Aníbal en Cannas (en agosto del 216 a. C.).
Cuando Roma quiso apoderarse de las islas, Quinto Cecilio Metelo para recalar en éstas, tuvo que acorazar sus embarcaciones forrándolas de cuero, porque los honderos disparando a la línea de flotación de las naves las hundían. Las legiones romanas tardaron dos largos años en someter a las islas. Tras el sometimiento, los honderos pasaron a formar parte de las tropas auxiliares romanas combatiendo junto a Julio César en la conquista de la Galia..

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Hondero_balear

lunes, 23 de febrero de 2009

El ejército perdido -Valerio Massimo Manfredi



Bueno, en primer lugar me acerque a la obra de Manfredi con algo de recelo, algunos comentarios que había leído por ahí lo tachaban de ser un autor de “Best sellers”, y este adjetivo no es muy bien visto entre los asiduos a los foros literarios, aunque en el fondo no entiendo muy bien la razón, un libro es malo o bueno dependiendo de la calidad de sus contenidos, o por lo menos así lo es para mí.
En segundo lugar, debo confesar que tengo debilidad por todo lo que tenga que ver con el mundo antiguo, y el hecho de que un libro tenga impreso el nombre de “Ejército perdido” y este acompañado de una ilustración llamativa, fueron razones suficientes para comprarlo.
La historia esta basada en la epopeya de los Diez Mil, la famosa Anábasis de Jenofonte. Se trata de un relato épico, cargado de emoción que desde el comienzo hasta el final esta salpicado de batallas y ejemplos de valor. Vemos el sufrimiento y el coraje ilimitado de un grupo de mercenarios griegos mientras intentan regresar a su hogar tras una fallida campaña en el corazón del imperio persa. En su desesperada retirada se las tienen que ver contra tribus salvajes, las tropas del emperador Artajerjes, y contra el más despiadado enemigo de todos: la traición de sus propios líderes.
Debo confesar que a pesar de mis temores, el libro me gustó bastante, aunque desde mi punto de vista, el autor debió enfatizar un poco más a la hora de narrar los combates más importantes, creo que un poco más de detalle hubiera conseguido emocionar aún más al lector. De todos modos es un libro que sin ser una obra maestra, me ha dejado un buen sabor de boca.

Obra: El ejército perdido
Autor: Valerio Massimo Manfredi
Páginas: 460
Editorial: Grijalbo
ISBN: 978-958-639-605-9

jueves, 19 de febrero de 2009

Wolfgang Stark- Alexis Brito Delgado



Una de las mejores cosas que ofrece la red, es la posibilidad de acceder a textos de increíble calidad literaria. Historias que de otra manera hubiesen permanecido guardadas en cajón en espera del guiño de algún prepotente editor, y que ahora pueden ver la luz y llenarnos de emoción.
Este es el caso de Wolfgang Stark, uno de los personajes de la ambiciosa saga del escritor español Alexis Brito Delgado. Gracias a los numerosos foros y páginas especializadas que pululan en la red, tuve la oportunidad de conocer la obra de este prolífico autor que ha diseminado sus relatos en decenas de sitios especializados. La versatilidad de Alexis lo ha llevado a incursionar en todo tipo de géneros, incluyendo la ciencia ficción y la fantasía heroica.
La obra en cuestión, es un compendio de relatos estrechamente relacionados con un toque muy howardiano que en verdad me ha encantado. Tratan acerca de un caballero templario que ha debido convertirse en un soldado de fortuna tras la extinción de la orden a manos de la inquisición. En estas aventuras que me recordaron un poco al taciturno Solomon Kane, el personaje lucha contra toda clase de adversidades y enemigos. Con una prosa bien cuidada y un ritmo trepidante, Alexis nos arrastra a un mundo colmado de demonios, magia y superstición que te deja sin aliento.
Después de un emocionante prólogo que da una idea clara de lo que vendrá a continuación, los relatos que incluyen las aventuras de Wolfgang Stark son los siguientes:

La sangre de dios
El gigante del abismo
La tierra del pecado
Los herejes del bosque
El paraíso perdido
La hija de Astaroth
Debajo de las estrellas
El ocaso de los justos
El reino de los cielos

La calidad del trabajo de Alexis es indiscutible, creo que es sólo cuestión de tiempo antes de que podamos leer algunas de sus obras en papel. La saga de Wolfgang Stark es una prueba indiscutible de ello.
Para conocer un poco más la obra de Wolfgang Stark les dejo aquí la página del autor:
http://alexisbritodelgado.blogspot.com/

martes, 3 de febrero de 2009

Elric, el emperador albino











Elric de Melniboné, el emperador albino, un personaje melancólico y atormentado que me abrió las puertas de la literatura fantástica. Un verdadero icono al lado de Conan el bárbaro.Este es un pequeño tributo al famoso personaje de Michael Moorcock.

domingo, 1 de febrero de 2009

Africanus, el hijo del Cónsul- Santiago Posteguillo



En primer lugar, debo confesar que soy un gran admirador del mundo romano. No deja de fascinarme esa extraña mezcla de oscuridad y grandeza que parecía regir todos sus actos. Además, nadie puede negar que para bien o para mal, Roma consiguió mantenerse a flote contra viento y marea, incluso en sus días más oscuros, cuando parecía que la ciudad y su incipiente imperio iban a sucumbir a manos del rival más temible que se hubiese cruzado en su camino: La poderosa Cartago.
La obra de Santiago Posteguillo nos sumerge en aquellos caóticos días, en una Roma sacudida por las incontables derrotas propinadas por uno de los estrategas más célebres del historia, Aníbal Barca. En medio de la Segunda Guerra Púnica se desarrolla la historia de Publio Cornelio Escipión, un joven aristócrata que se forjó bajo la sombra de la aniquilación, y que gracias a su temple y coraje, logró imponerse ante terribles dificultades y rencillas internas, para llegar a convertirse en uno de los generales más gloriosos de la historia romana.
En esta entrega, la primera parte de una ambiciosa trilogía, el autor nos invita a entrar en un mundo maravilloso y terrible a la vez, un retrato acertado del convulso mundo mediterráneo de aquellos días, a través de una escritura fluida basada en una rigurosa investigación histórica, que en verdad me impresionó. Puedo afirmar que he leído varias obras basadas en las Guerras Púnicas, entre ellas Aníbal, la novela de Cartago, de Gisbert Haefs, y me atrevo a decir que la obra de Posteguillo no tiene nada que envidiarle en calidad y contenido.

Obra: Africanus, el hijo del Cónsul
Autor: Santiago Posteguillo
Editorial: Ediciones B, S.A.
ISBN:978-84-666-3932-3